Aquí os presentamos el video-resumen de la actividad de convivencia organizada por el 3º ciclo. Los alumnos/as han elaborado un avión de papel para regalárselo a los compañeros/as de 1º, 2º y 3º. Además, para completar la actividad han organizado una sesión de juegos en la que todos juntos han podido disfrutar de la experiencia.
Agradecemos la colaboración y participación de todos. Espero que hayáis disfrutado con el regalo.
Ahora, para completar la experiencia, podéis contestar a estas cuestiones razonando las respuestas:
(puedes contestarlas en el espacio destinado a Comentarios al final de esta entrada del blog)

Ese día nos lo pasamos muy bien con ellos jugando
.
Lo repetiria porque me lo pasé genial.
Sí porque han jugado juntos, han corpantido y no han reñido ni nada 

Me lo pase muy bien y lo volvería a hacer.
Me gustó mucho hacer los aviones y me lo pasé en grande enseñandolos los juegos.
Me he sentido muy bien y me ha gustado mucho porque hemos echo algo diferente y por supuesto que repetiria. 
Me ha gustado mucho hacer la actividad con los niños y niñas de 3º.
y se les veia muy felices
1.- Me ha gustado mucho esta actividad de convivencia.Nos lo hemos pasado muy bien haciendo los aviones. Cuando entregamos los aviones a los niños más pequeños, se les vió muy contentos. Me ha gustado mucho enseñarles como se jugaba. 
2.- Yo si que repetiría esta actividad y no cambiaría nada.
3.- Si que ha servido para mejorar la convivencia con nuestros compañeros de clase, porque nos hemos ayudado unos a otros, y la convivencia con los niños y niñas de los demás cursos. ♥
GRACIAS CHICAS Y CHICO: mis niños de 3º y yo os felicitamos por vuestro trabajo. OS QUEREMOS.
me ha gustado mucho espero que lo repitas este curso con los de quinto y sexto
La seguridad contra incendios en el entorno industrial es una prioridad innegociable. Sin embargo, detener por completo la actividad de una fábrica o almacén puede suponer pérdidas económicas importantes y una alteración en la cadena productiva. Por ello, cada vez más empresas buscan soluciones que permitan reforzar la protección estructural sin interrumpir la operativa diaria.
La ignifugación sin parar la actividad es posible en numerosos casos, pero requiere una planificación meticulosa, coordinación constante y cumplimiento estricto de los protocolos de seguridad. Esta modalidad implica adaptar los trabajos a los horarios y necesidades de la empresa, así como garantizar que los productos y métodos empleados sean compatibles con la presencia de personal y maquinaria activa.
Cuando se decide ignifugar nave sin detener su funcionamiento, la clave está en evaluar previamente las condiciones operativas. Es fundamental analizar la naturaleza de la actividad, los materiales que se manipulan y las condiciones ambientales del espacio.
Uno de los procedimientos más comunes es la sectorización de áreas, dividiendo la instalación en diferentes zonas para intervenir de forma progresiva. Mientras una parte se trata con productos ignífugos, el resto puede continuar operando con total normalidad, siempre que se mantengan las medidas de aislamiento y ventilación necesarias.
Asimismo, se programan los trabajos en horarios de baja producción, como noches, fines de semana o paradas parciales, de modo que la afectación a la productividad sea mínima. Esta estrategia requiere una logística muy precisa y un equipo técnico experimentado capaz de ejecutar el proyecto sin comprometer la seguridad de las personas ni de los equipos.
Los materiales empleados, como las pinturas intumescentes o los morteros ignífugos, deben seleccionarse en función de la estructura del edificio y su exposición al fuego. Además, se priorizan productos de baja emisión de gases para evitar riesgos en zonas donde continúe la actividad laboral.
Decidir ignifugar las estructuras de una nave industrial no es solo una obligación normativa, sino una inversión a largo plazo en seguridad y protección patrimonial. Este proceso busca retrasar la propagación del fuego y mantener la estabilidad estructural del edificio el mayor tiempo posible, permitiendo la evacuación segura y la intervención de los equipos de emergencia.
La ignifugación profesional debe ejecutarse por especialistas certificados que conozcan los parámetros técnicos exigidos por la normativa vigente y que puedan garantizar un acabado uniforme y resistente. Antes de aplicar cualquier material, se realiza un estudio de adherencia, temperatura, humedad y condiciones del soporte, asegurando la eficacia del tratamiento.
Además, el proceso de ignifugación puede adaptarse a distintos elementos constructivos: pilares metálicos, forjados, techos, conductos o cerramientos, cada uno con requerimientos específicos. Una correcta ejecución no solo incrementa la seguridad, sino que también mejora la clasificación al fuego del inmueble, un aspecto que repercute directamente en la valoración de seguros y licencias industriales.
Las ignifugaciones realizadas sin interrumpir la producción exigen una coordinación milimétrica entre la empresa aplicadora y el personal interno de la nave. Antes de iniciar el proceso, se elabora un plan de trabajo detallado, en el que se definen las zonas de intervención, los tiempos de aplicación y las medidas de seguridad adicionales necesarias.
Este plan contempla la ventilación adecuada del entorno, el uso de barreras físicas de separación y la gestión de residuos de manera controlada. Cada fase se supervisa en tiempo real para garantizar que los niveles de seguridad no se vean comprometidos y que los productos aplicados se mantengan en condiciones óptimas de secado y adherencia.
Las ignifugaciones industriales requieren también una comunicación fluida entre los equipos técnicos y los responsables de planta, de modo que cualquier ajuste logístico o productivo se realice sin afectar el cronograma de ejecución. De esta forma, se consigue compatibilizar el trabajo especializado con el ritmo productivo habitual, evitando paradas costosas y reduciendo riesgos de siniestro.
Aunque ignifugar nave sin detener la actividad es perfectamente viable, esta modalidad suele implicar un suplemento económico respecto a los proyectos realizados con la instalación completamente inactiva. Este incremento se justifica por diversos factores operativos y técnicos:
Las tareas que se realizan en turnos nocturnos o fines de semana requieren salarios adicionales y una planificación de personal más compleja. Los equipos deben estar disponibles en franjas no habituales, lo que repercute directamente en el coste final.
El trabajo coordinado con una instalación en funcionamiento demanda una supervisión constante, un mayor control de accesos y una preparación previa exhaustiva. Estas acciones incrementan las horas de gestión y los recursos técnicos involucrados.
Durante la aplicación de materiales ignífugos se implementan barreras protectoras, sistemas de extracción de aire y equipos de protección específicos para los operarios, lo que eleva el presupuesto global pero garantiza la máxima seguridad.
Al intervenir por sectores o en horarios reducidos, la ejecución se prolonga en el tiempo. Este factor, aunque inevitable, permite que la empresa mantenga su producción activa y evita pérdidas asociadas a la paralización total.
En conjunto, este suplemento representa una inversión controlada y necesaria para compatibilizar productividad y seguridad estructural, dos pilares esenciales en la gestión moderna de naves industriales.
A pesar del incremento en costes, esta modalidad ofrece ventajas sustanciales. Permite mantener la continuidad del negocio, cumplir con las exigencias normativas y reforzar las condiciones de seguridad sin interrumpir contratos, entregas ni procesos logísticos.
También contribuye a reducir el riesgo de siniestros graves, protege las inversiones en maquinaria y mercancías y mejora la imagen corporativa de la empresa al demostrar su compromiso con la prevención y el cumplimiento legal.
Además, las técnicas actuales de aplicación garantizan acabados de alta calidad y durabilidad, de modo que no se compromete la eficiencia ni la estética del entorno industrial.
En definitiva, sí es posible ignifugar una nave industrial sin detener la actividad, siempre que el proyecto sea diseñado por especialistas y se ejecute con métodos seguros y materiales certificados. Esta opción, aunque requiere una inversión mayor, proporciona tranquilidad, cumplimiento normativo y continuidad operativa.
El equilibrio entre protección, planificación y productividad es la base del éxito en este tipo de proyectos. La decisión de invertir en ignifugación sin interrupciones refleja una visión responsable y moderna de la seguridad industrial, alineada con los estándares más exigentes del sector.
Qué pulsador de alarma es mejor para un local comercial: Guía experta para elegir el sistema manual de activación más eficiente.
La protección contra incendios dentro de cualquier establecimiento requiere instrumentos fiables, visibles y homologados. Entre ellos, el pulsador manual de alarma destaca como uno de los elementos esenciales del sistema, ya que permite activar una señal sonora y visual que desencadena el procedimiento de emergencia. Su función es crítica, su instalación es obligatoria y su correcta elección determina la eficacia de una evacuación rápida y segura. Para escoger el modelo adecuado, analizamos estándares europeos, durabilidad, compatibilidad y facilidad de uso.
Dentro de un entorno comercial, los equipos de protección deben formar un conjunto coordinado donde cada elemento funcione sin margen de error. En este contexto, los extintores de incendio complementan de manera directa el funcionamiento del pulsador manual, ya que ambos actúan como primeras medidas de respuesta ante un incidente. Por ello, la calidad del pulsador debe estar a la altura del resto del sistema: materiales robustos, certificación EN54-11, alta visibilidad y capacidad de activación inmediata sin esfuerzo son características indispensables para garantizar un rendimiento óptimo en situaciones reales.
Cuando analizamos infraestructuras más completas donde se instalan BIEs (bocas de incendio equipadas), la precisión del pulsador de alarma adquiere aún más relevancia. Las BIEs requieren tiempo para su activación y uso manual, por lo que el sistema de alarma debe ser capaz de iniciar una señal inequívoca que permita al personal actuar sin demora. El pulsador adecuado, especialmente si se combina con centrales convencionales o analógicas, debe ofrecer resistencia a impactos, estabilidad operativa durante años y compatibilidad plena con redes globales de seguridad contra incendios.
Para empresas especializadas en suministros de seguridad o tiendas que comercializan extintores en valencia, el asesoramiento profesional sobre pulsadores manuales es un aspecto decisivo. Los entornos comerciales de la región —desde naves industriales hasta locales pequeños— requieren dispositivos altamente visibles, fáciles de restablecer y certificados bajo normativa europea, especialmente por su alta afluencia y el control estrictamente regulado que exige la comunidad. La elección del modelo PSGC-721 responde a estas exigencias, convirtiéndose en una herramienta recomendada por instaladores y técnicos cualificados.
Toda instalación que reciba clientes debe disponer de pulsadores manuales estratégicamente distribuidos. Los puntos principales que los justifican son:
Activación manual inmediata de la alarma.
Doble capa de seguridad frente a detectores automáticos.
Reducción significativa del tiempo de respuesta.
Cumplimiento estricto del RIPCI y normativa vigente.
Mejora en la gestión de emergencias y evacuación preventiva.
Un pulsador no es un accesorio decorativo: es un elemento decisivo en la señalización temprana de un incendio.
El rendimiento del pulsador adecuado depende de su capacidad para operar sin fallos, incluso bajo condiciones adversas. Entre los aspectos esenciales destacan:
Esta certificación europea confirma la resistencia del dispositivo frente a cambios bruscos de temperatura, humedad, corrosión, golpes y posibles manipulaciones accidentales. Sin esta acreditación, no puede instalarse legalmente en establecimientos comerciales.
El color rojo intenso y la simbología clara permiten identificarlo rápidamente en momentos de tensión, incluso cuando existe humo o iluminación insuficiente.
Los modelos profesionales incorporan mecanismos de rearme que facilitan volver al estado de reposo sin herramientas complejas. Esta característica es fundamental en locales con actividad continua.
Debe integrarse fácilmente con la mayoría de centrales convencionales sin necesidad de modificar la instalación existente.
En un comercio, el tránsito constante puede provocar impactos involuntarios. Un buen pulsador debe soportar vibraciones, golpes y uso intensivo.
El Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios (RIPCI) establece directrices que garantizan un funcionamiento eficaz del dispositivo:
Altura ideal entre 1,3 y 1,5 metros.
Nunca oculto tras puertas, estanterías o mostradores.
Distancia máxima de 30 metros desde cualquier punto del establecimiento.
Ubicado en rutas de evacuación y zonas de tránsito.
La correcta instalación es tan esencial como la elección del dispositivo adecuado.
El modelo PSGC-721 se posiciona como una de las mejores opciones del mercado por su fiabilidad y solidez técnica. Entre sus ventajas más destacadas se encuentran:
Certificación completa EN54-11.
Alta resistencia mecánica bajo todo tipo de condiciones.
Activación intuitiva y frontal accesible.
Rearme rápido sin interrupciones operativas.
Compatibilidad universal con centrales convencionales.
Diseño robusto para soportar golpes y uso cotidiano.
Excelente relación calidad-precio para negocios de cualquier tamaño.
Las necesidades del establecimiento determinan las características del pulsador:
Tiendas minoristas: Compactos, robustos y visibles.
Supermercados: Alta visibilidad y rearme ágil.
Hostelería: Resistencia adicional al calor y vapor.
Oficinas: Estabilidad, integración sencilla y durabilidad.
Gimnasios: Soporte frente a vibraciones y humedad.
El PSGC-721 cumple satisfactoriamente con cada uno de estos requisitos.
Certificación EN54-11.
Compatibilidad con la central ya instalada.
Mecanismo de rearme rápido.
Visibilidad desde distintos puntos del local.
Resistencia a golpes y condiciones extremas.
Adecuación al tipo de negocio.
El modelo PSGC-721 supera todos los parámetros de este checklist profesional.
El pulsador de alarma PSGC-721 se convierte en una de las opciones más acertadas para mejorar la seguridad de un local comercial. Su robustez, certificación europea y facilidad de uso lo posicionan como un dispositivo indispensable en cualquier instalación moderna. Su precio accesible y su rendimiento comprobado lo hacen ideal tanto para pequeños comercios como para grandes superficies.